Exdirector Diario EL ESPACIO
Hablar de Richardo, como le digo de cariño, es hablar de un amigo, compañero, colega y un buen ser. Su pluma, llena de humor y sarcasmo, untó tinta a lo largo de 25 años en el periódico El Espacio.
Richardo fue un maestro para muchos de los que pasamos por ese medio. Tenía el apunte oportuno, el título preciso, el adjetivo pertinente para la crónica de turno. Se jactaba de sentar en su escritorio a personajes de todas las fuentes, desde brujos y culebreros hasta artistas, intelectuales y políticos.
Richardo era el autor de esas historias de las famosas monas que salían empelotas en el periódico amarillista. Su creatividad no tenía límites y de la nada escribía una mano de carreta que plasmaba en su estilo jocoso.
Ricardo forma parte de un grupo de escritores citados en recopilaciones de libros de crónica urbana. Con su blog “La Pluma y la Herida” sigue deleitándonos con sus historias que reflejan la cotidianidad de la ciudad y sus personajes costumbristas como el carnicero, el vendedor ambulante, la tintera, entre otros.
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